No convivimos con la tecnología, somos tecnología.

Por: Gabriela Jaramillo

Si ya de por sí es impresionante pensar en el exponencial crecimiento poblacional, es más aterrador saber que la tasa de suscripciones de celulares a las redes telefónicas es aún mayor! Es decir, hay más celulares (máquinas) que personas en el mundo. Pero se pone más escalofriante esta vaina, cuando pensamos el significado que estos celulares y sus usos tienen dentro de nuestra sociedad. Un estudio reveló que las nuevas generaciones hemos desarrollado un apego a nuestros celulares que nos genera estrés y ansiedad si no lo tenemos cerca; que en parte, se debe a la necesidad constante de aprobación social que recibimos por medio de las redes sociales. Si lo piensan por un momento, cuando el celular se descarga decimos “me quedé sin pila” en vez de decir “ el celular se quedó sin pila”, este es uno de los ejemplos de la transhumanización psicológica que hemos desarrollado donde no distinguimos el límite entre nosotros y nuestros celulares. Hoy en día podríamos decir que los celulares son una necesidad, y más allá de rechazar esta idea, creemos que es importante hacerla consciente y cuestionable, para poder tener un uso responsable de la tecnología. El siguiente paso, es la transhumanización física, que ya han tomado varias personas y se reconocen como Cyborgs (Cyber Organisms).

Los Cyborgs, son personas que han instalado partes robóticas en su cuerpo. La forma en que lo vemos más cotidianamente son en las personas que tienen prótesis, cada vez son más avanzadas, y hoy en día se celebra la Cybathlon, una serie de competencias donde participan estas personas y ponen a prueba las prótesis. Pero adicional, hay personas que han instalado sistemas tecnológicos en sus cuerpos que les permiten agudizar sus sentidos o abarcar unos nuevos. Personas como Neil Harbisson que aun siendo daltónico, puede percibir una mayor gama de colores que la luz visible, Moon Ribas que puede percibir los movimientos telúricos, o Manel Muñoz, que puede sentir cambios de temperatura, presión y humedad. Todos ellos hacen parte de la Fundación de Cyborgs, fundada por Neil y Moon para ayudar a que más personas puedan convertirse en Cyborgs y ser reconocidos como tal. Moon dice que en vez de alejarla de la naturaleza, su dispositivo la hace sentir más cercana a los animales que al igual que ella pueden percibir los temblores. Por otra parte, Neil menciona que vamos encaminados a un mundo donde no convivimos con la tecnología sino que somos tecnología. Creemos que ese mundo es actual y por eso, es importante hablar del uso responsable de la tecnología, ya que al hablar de esto, estamos hablando del uso responsable de nuestros propios cuerpos.

Así como los distintos colores de luz tienen distintos impactos en las plantas, el color de la luz también nos afecta en distintas maneras a los animales. La luz azul, que es la luz que emiten todas las pantallas y dispositivos electrónicos, suprime la síntesis de Melatonina, la hormona del sueño. Según Rusell Foster, nuestra sensibilidad a esta longitud de onda puede estar relacionado con una adaptación para reconocer el momento del crepúsculo, ya que al atardecer, hay una mayor dispersión de luz azul en la cúpula del cielo.

En términos prácticos, es bueno reconocer el impacto que tienen los dispositivos para hacer un uso responsable de la tecnología. Por una parte, usarlos en la noche puede ser un causante de insomnio, lo mas recomendado es despegarse de las pantallas a las 8pm, ya que a esta hora el cuerpo empieza a elevar los niveles de Melatonina para prepararnos para dormir.  Por otra parte, se ha encontrado que esta luz tiene efectos positivos para estimular el rendimiento y la capacidad de aprendizaje y memoria.